Páginas
Principal
Bio
Novela
Ensayo
Cuento
Prensa
Poesía

Blog de notas:
Los cuadernos
azul y marrón


Fotos
Vínculos

Búsqueda

Libro de visitas
Ver y/o firmar

Contacto


©V.U.S., 2008.
Bio

“Seguramente sólo con el pensamiento se poseen ciertas cosas,
y no poseemos un cuadro por tenerlo en el comedor si no sabemos
comprenderlo, ni un país porque vivamos en él sin mirarlo siquiera”.

-Marcel Proust.
HOME


Una época más allá del tiempo


La eternidad es aburrida simplemente porque no termina nunca. Y cuando me aburro me pongo peleón. Hay muchas cosas que no entendí cuando estaba en el infierno, aunque la verdad es que era un sitio trippy. Hablaba con Nietzsche y Jim Morrison, jugaba ajedrez con Napoleón.
No me cuadraba, por ejemplo, que los bebés abortados terminaran en el infierno. O los recién nacidos que no habían sido bautizados. No se imaginan la cantidad de párvulos que nos sacaban la piedra con su lloradera; es que no podían resistir ni un pinchazo mínimo del diablo antes de reventarte las orejas a chillidos. Eso sí que era el infierno. Ríos de carajitos abortados deformes arrastrándose jadeantes llorando que ni hablaban. Para toda la eternidad.
Así que me uní a José Tomás Boves y organizamos a los bichos: Un ejército de fetos armados de tridentes luchando por su derecho a ir al cielo ya que no eran responsables de nada.
Me excomulgaron. El diablo en persona se encargó de mandarme a la sucursal del infierno.



Caracas, circa 13 Septiembre de 1976

Me arrancaron de las vísceras de mi madre para presentarme al ardiente sol tropical. Fui afortunado: Una infancia que no careció de nada, donde más bien sobraban cosas, como mis nunchakus de plástico o el aburrido pez "Bobby Fish", que rápidamente demostró su inutilidad y su función estrictamente ornamental.
Fui al colegio, aprendí a leer y hasta me gradué, hallando en los libros una vocación a tiempo completo. Me convertí en un verdadero ratón de biblioteca, creyendo encontrar allí todo lo que alguien necesita, incluso el cariño del sexo opuesto. Mi esperanza se vio reforzada por las películas americanas que envenenaban a la clase media, aquellas donde Bill o Jim tomaban un ejemplar de "Walden" o "Moby Dick" del estante y hacía contacto visual con Sarah, lo cual conducía a un largo romance y tardes de lectura bajo la copa de un árbol. Pero en mi colegio sólo iban a la biblioteca las feas. Las chicas todas ricotas salían con los deportistas, siguiendo el patrón de otras películas americanas. Así que fui a la Universidad, donde podía ser alguien productivo o sensato.



Universidad Central de Venezuela y demás


Salté entre carreras e intereses, impulsado siempre por lo que la gente veía como una pasión por los estudios y que en realidad no era más que un desencanto por la vida más allá de la Universidad.
Prolongué la cosa, recibiendo espaldarazos y alientos de parte de profesores y familiares, lo cual me condujo a obtener un título en Psicología Social y Psicología Clínica –algo llamado "doble mención"- y a realizar varios cursos en filosofía. La Universidad lanzaba la pelota, yo la bateaba: saqué una especialización en Etnometodología (donde la mitad de la carrera la pasan explicándote qué diablos es eso, y la otra mitad es una pasantía) y un máster en Filosofía. Hice cursos extra. Fui a congresos. Tuve aventuras en bibliotecas y auditorios. Escribí quinientas páginas de Filosofía y recibí un doctorado en Francia.



Post coitum

Todas estas hazañas académicas pusieron un apasionante mundo laboral a mis pies: Me desempeñé como Barman, guía turístico, recepcionista, babysitter, encargado de guardería, traductor, mecanógrafo y lidié con la ilegalidad en algunos momentos.
Mientras trabajaba en estas excitantes ramas de la sociedad y aportaba algo a los ciudadanos, escribí un libro, "Anécdotas de la decadencia caraqueña", (que nadie leyó), un segundo esfuerzo (que leyó el editor y publicó explicándome que necesitaba cubrir una cuestionable cuota editorial) y un tercer manuscrito que se pudre al fondo de las librerías y acapara telarañas con velocidad vertiginosa.
Trabajé también en algunos periódicos "underground". Underground, es lo que hace la gente cuando cree que es genial y que se opone a la sociedad, cuando la realidad es que la sociedad no sabe siquiera que existes. Teníamos chistes privados entre nosotros, yo leía los artículos geniales de mis colegas, les escribía diciéndoles lo genial que me parecían y suplicaba a mis familiares y amigos que los leyeran también para que el contador de "leído X veces" superara la decena, un éxito de taquilla según nuestros modestos estándares.



Vasectomía

Hoy por hoy, trabajo con oscuros artistas de todo tipo, geniales a mi parecer, que no serán conocidos jamás por nadie. Vago por las calles con fotógrafos, músicos, pintores y uno que otro que se las da de poeta maldito, hablando mal de la sociedad y esperando que la suerte nos saque del infortunio, valga la redundancia.
Soy feliz. Es lo único de lo que estoy seguro…





Volver a la página Principal